Con aires de abanico o de flabelo
el pruno de mi casa se despoja
con el viento de otoño de hoja en hoja
y en su vaivén agitan el pañuelo.
Cuando en ocre se visten por el cielo
gravitan caducadas de congoja
esperan que otra brisa las recoja
y esparza su follaje por el suelo.
Las hojas de mi pruno van y vienen
cuando forman hileras se detienen
y trenzan un rosario de una en una
esparciendo hojarasca por la acera,
y en las noches de nueva primavera
reflejarán las sombras de la luna.
PepeSori
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