Ven, siéntate a mi lado,
enséñame el camino
que lleva a nuestros pasos,
la luna va descalza
pisando por los charcos.
Ven, rompe este silencio,
conviértelo en pedazos,
partículas del viento
que mueve nuestros barcos.
Ven, llévame hasta el puerto
desde donde zarpamos,
volvamos a perdernos
donde nos encontramos,
la piel en carne viva
temblando en nuestras manos.
Ven, derrama este momento,
recógelo en tus brazos,
mi vida bebe a sorbos
del pozo de tus labios.