CONVERSANDO CON TRÍNITY. Crónica 3 de 39 -Los Visitantes Nocturnos-

El camarero por fin nos sirvió los cafés, yo era la más impaciente de las dos, como siempre. Otraocy agradeció como si los quince minutos que había tardado, y que a mi parecer era porque casi se había olvidado de nosotras; no tenían importancia, para ella no, pero sí para mí. Pero aquellas “gracias” con su gran sonrisa, me hicieron tragar el reproche que me quemaba la lengua.

― Nunca te había visto tantas ojeras, «le dije».

― He pasado una mala noche. «Me contestó mientras observaba su taza de café, como si de allí fuese a recibir alguna respuesta».

― ¿Qué pasó?

― En mi habitación había presencias desconocidas y no muy agradables… «Y comenzó a contarme su lucha nocturna».

Hubo una lucha tremenda entre aquellos que sin mi consentimiento insistían en intervenirme mientras dormía y yo misma por no permitirlo. Pienso y pienso por qué me está pasando esto; me parece que tiene una relación con Moteo.

― ¿Moteo? El maestro ex iluminati con quien has entablado contacto.

― Sí, ese mismo. Me parece que es un “insiders” más. Otro de tantos y tantas; “pastoreando a las personas” en la nueva dirección de lo que se está haciendo creer como cambio planetario. Pero conociendo su procedencia, no me extrañarían nada sus manejos oscuros a ciertos niveles y fuera de esta realidad…

Me están pasando cosas muy extrañas desde que he leído sus libros y participo de su grupo; pero aún más, desde que he entablado una comunicación directa con él vía mensajes. «Otraocy prosiguió con su relato». Anoche, después de luchar y luchar con aquellas presencias invasivas, accedí a otro plano fuera de este mundo. Estaba mi cuerpo físico tumbado en una camilla, ellos alrededor, eran varios, no sé cuantos, tenían figura humana. Yo estaba fuera de mi cuerpo contemplando aquella escena; escuché claramente como uno de ellos decía: «tiene los códigos para compartir». Algo me sacó inmediatamente de allí.

Me levanté muy cansada, deambulé por el piso un rato, ya casi amanecía, volví a la cama para intentar dormir un poquito, en breve sonó el despertador; extendí mi brazo con los ojos medio abiertos para pararlo y volví a ver a dos de aquellos visitantes nocturnos; estaban mirándome desde un lado de mi habitación, escuché como uno le comentaba al otro: «ya no podemos con ella, así no». Yo les contesté mentalmente: «pues eso es lo que yo quiero, que no podáis».

No entiendo aún mucho todo esto; lo que sí sé es que muchas cosas extrañas me están pasando, «no sé cuantas veces repitió esta frase, en momentos parecía olvidarse de que yo estaba allí, y hablaba a solas en un gran esfuerzo por comprender o comprenderse». Desde que estoy en contacto con Moteo y su grupo de seguidores es todo muy raro…

― Quiero que escribas esto. «Me dijo». Y espero descubrir pronto lo que ellos representan realmente, y que lo escribas también.

― Pues mande usted señora. «Le contesté».

Algún día también tendré que explicar como esta extraña mujer se hizo parte de mi vida, porque no soy su secretaria, ni su escritora particular, ni ella es mi jefa… No, no tiene nada que ver con eso.

Había muchas preguntas en mi cabeza en relación con lo que Otraocy acababa de narrar; como por ejemplo: ¿Los códigos para compartir? ¿Quién o quienes la sacaron de allí y le ayudaron? ¿Quiénes, por qué y para qué la habían estado interviniendo mientras dormía? Y ahora … ¿Por qué ya no podían intervenirla sin su consentimiento? Muchas interrogantes, demasiadas, y a mí me podía más el hambre, así que me dispuse a tomar mi desayuno cuando por fin el camarero “pasota” lo trajo a mi mesa…

4 Me gusta