CONVERSANDO CON TRÍNITY. Crónica Nº 2 de 39 -Final de la 8ª Etapa-

―Allí estaba Unar, de pie en una acera, al lado de un banco en el que no terminaba de sentarse. Solo era eso, una mujer más, en apariencia solo eso…

―¿Qué te pasa? Te percibo lejana. «Le dije a Unar luego de unos segundos en los que noté como inspeccionaba la calle en donde nos habíamos citado ese día».

Ella me miró intensamente a los ojos. Siempre me he preguntado cómo una mujer con un aspecto tan corriente, y esa expresión que parece a veces no enterarse de nada; podía lanzar aquellos comentarios, afirmaciones y reflexiones, que siempre descalabraban mis esquemas mentales. Pero allí estaba yo también, una vez más, escuchando lo que quería decirme…

―Lo he visto Otraocy, «dijo Unar», he visto como acaba esta octava etapa de mi vida.

Ella ya me había contado anteriormente que su vida se desarrolló de siete en siete años; que podía definir perfectamente esas etapas en relación con sus acontecimientos y circunstancias, y ahora mismo estaba viviendo la octava etapa.

―Anoche, «comenzó ella a narrar», estaba cansada de tantas cosas, hacía muchos años que no me iba a dormir con el deseo de no volver a esta realidad; de quedarme allí del otro lado. Pero he visto como a esta etapa le queda poco. Ya sabes que tengo unas ganas enormes de ver su final, pero que no puedo acabarla como las anteriores, no puedo huir ocasionando deterioro a otros y a mí misma.

―¿Y qué has visto?

―Regresé al piso donde vivo desde hace muchísimos años, y ya no estaba allí, no había nada; todo el edificio había desaparecido, además, todo lo que me vinculaba a las personas con quienes convivo y relacionadas con mi actual presente; todo borrado de un plumazo. Yo regresé del trabajo como todos los días, pero no pude entrar a casa porque allí no había nada. Me quedé en el lugar un rato, pensando… ¿Y ahora qué hago? ¿Cómo ha pasado esto? Se me agolpaban las preguntas, me sentía desorientada. Percibí una frecuencia intensa en el oído derecho, que me sacó del sentimiento de desamparo en el que comenzaba a sumergirme. También aquel ruido en mi cabeza que se asemejaba al de una máquina haciendo un engranaje de sus piezas, y unificándose en un solo conjunto o unidad; dos partes que habían estado separadas y ahora se juntaban. Luego, escuché fluir las siguientes frases: «lo has hecho tú misma, es decir, la versión de ti misma que habita en el futuro. Ahora tienes la libertad de escribir tu propio guion de vida en esta realidad, y así poder ser quien eres en verdad».

Sin dudar de aquel mensaje, pero aún desorientada; regresé a la avenida principal y perpendicular a la calle donde estaba mi piso, me di cuenta de que había una especie de pasillo ancho que antes no existía. Sentado a la entrada estaba uno de mis hermanos; me sentí aliviada, por fin, alguien conocido de mi pasado-presente. Él me estaba esperando, me dijo: «por aquí debes entrar». ¿Entrar? ¿Para ir a dónde?

Me quedé allí de pie, frente a ese pasillo; me sentí en blanco, no entré; las reflexiones me saturaban el pensamiento. Un nuevo guion de vida que me conduce a ser la que soy en el futuro. Me faltaban datos aun para aquello; aspectos por resolver de mi realidad actual. Demasiada ignorancia, culpas, resentimientos… Sentí que de aquella manera no podía transitar aquel pasillo, aquel viaje.

Regresé a esta realidad, estaba contenta; por lo menos ahora sabía que mi actual programa de vida tenía un final, y que además yo sería la guionista de mi siguiente etapa.
―¿Quieres que escriba esto? «Le pregunté».

―Sí, esta vibración debe estar registrada en algún formato de esta realidad.

―¿Por qué yo? «Seguí preguntando».

Unar me miró, y en sus labios esa media sonrisa enigmática, cargada de contenidos que no terminó de expresar. «Me sigue sorprendiendo que no lo recuerdes, bueno, ya llegará el tiempo de que lo hagas…». Me dijo en actitud comprensiva, con un toque de ironía.

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Un relato denso que invita a ser releído, desde luego, aunque ya a primera vista muestra algunas de los tantos detalles propios de la cuestión de la consciencia. Me gustó mucho, @OtraocyOsamas . Un besico.

Todo un honor que leas y me des tu visión de ello, gracias.
Es una saga, o eso intento. Ya publiqué aquí el anterior: El plan c -visitante indeseable-

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