Ha muerto el perro.
Era mi amigo.
Quince años,
son mucho en la vida
de cualquiera.
Extrañaré su compañía.
Siempre a mi lado,
siempre sabiendo
antes que nadie
lo que me pasaba.
Era un poco psicólogo
aunque en un perro
decir esto
sea algo inverosímil.
Y se fue…
en silencio,
sin recriminarme nada,
sin rencor,
sin deberme nada.
Estará en el lugar
donde van los perros buenos.
Estoy seguro.
Era un perro
Y nunca me ladró,
el podía hacerlo.
Curioso que él
no lo hiciera,
en este mundo
lleno de ladridos.