El necio siempre encuentra quien le admire
aunque suene a sutil contradicción,
pudiendo ser porque al final delire
si a cabo no llevara su misión.
Quién sabe si ejerciendo de glotón
de tanto calumniar saca provecho,
hasta que convertido en un bufón
en un circo termine satisfecho.
Por no decir de relinchar deshecho
tras la reprobación del respetable,
que tras negarse a confesar, de hecho
jamás olvidará lo inconfesable.
Que andando suelto aún tanto cabrito
de tanta explicación se acaba ahíto