He vivido dos vidas y
tres cuartos de luna llena,
en la dilación
del largo de tus versos.
He sentido el peso
de todas las toneladas
de tristeza de este mundo,
en el largo de tus versos.
He cruzado el océano más ancho,
en contra de la voluntad
de todas las sirenas y tritones,
en el largo de tus versos.
He subido la escalinata
de peldaños de materia oscura
que llevan a Marte,
en el largo de tus versos.
He dormido abismalmente,
en los calabozos de insomnio
de las noches bañadas de sol,
en el largo de tus versos.
He amado con el vigor
de todo el odio comprimido,
que cabe en el puño
de las aletas de Neptuno,
en el largo de tus versos.
He esperado,
el tiempo que dura
un fardo de granos de silicio,
en una banca de silencios,
en un parque de pesadillas sin eco,
en el largo de tus versos.
He estado muerto,
en todos los sarcófagos
de las momias de Egipto,
en el largo de tus versos.
He resucitado,
para poder perderme,
tan solo una vez más,
en la grácil profundidad,
del largo de tus versos.
Poesía de Alejandro Cárdenas