El enigma de los lazos vivientes

La profundidad del pensamiento sobre la familia es inmutable, no se toca ni se vota.

La profundidad del pensamiento de los padres es la esencia de nuestras penas y alegrías.

La profundidad del pensamiento de la flor del amor, brota del dolor de la dulzura de una madre que da la vida.

La profundidad del pensamiento de las vivencias del conocimiento de las cumbres inalcanzables de los lazos de hermandad, a veces hieren y a veces brillan como la estrella Alfa Canis Maioris, pero el amor del recuerdo, no los aplacan ni el tiempo ni el viento borrascoso.

Mis venas de sangre luchan contra el triste imán del olvido de los que amamos tanto en la niñez.

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Me encanta, Reinaldo.
Cuando se ha tenido una infancia feliz no hay nada mejor que volver a ella con los recuerdos.
Muy bonito.

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Muchas gracias estimada¡¡¡

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