Tú lloraste un río y yo un aguacero
y nos quedó ese vacío imposible de llenar.
A veces quiero ser silencio
y para no llorar me pongo a escribir.
Contengo las lágrimas
que al salir de mis ojos
se vuelven azul como el mar
pero sin pensarlo lloro
y sin quererlo vuelvo a recordar.
Ando en travesía desde el último café
hasta la ultima palabra,
desde el beso que me diste
hasta el beso que te di.
El dolor de no saberte más, me parte el alma
tú lloraste un río y sigues llorando,
muchas veces donde nadie te ve.
Yo ya no lloro, ha escampado en esta parte
ojala por allá, escampe también.
El dolor de no saberte más, me parte el alma
tú lloraste un río y sigues llorando,
muchas veces donde nadie te ve.
Yo ya no lloro, ha escampado en esta parte
ojala por allá, escampe también.
Versos que lloran ríos, ríos caudalosos que desembocan en el mar de las decepciones amorosas !
Tu bello poema me recuerda algunos versos del tema de Maná: “Te lloré un río”
Yo aquí, llorándote un río Lanzándome al olvido Qué cosa más injusta, amor … Ya no me busques, ya es muy tarde Ya tengo otro amor Una chula sirena Que nada en mi piel
Será esa levedad y delicadeza del misterio en que se ve envuelta la protagonista de este poema, lo que invita a refinar la agonía de un amor querido y ya disuelto?
Escribes como sientes, con la belleza de lo indomable.
Adoré tu “te quiero un mundo” que me regalaste en otro comentario. Pues yo te quiero un mundo y aparte, alma bella.
Versos que estremecen que parte en dos al amor entre lágrimas y congoja, ta bello como real y doloroso para todos los que los sufren en sus carnes y su alma!!!