El denuedo

El denuedo del mundo

se desliza sobre mi piel

cuando te miro

al despuntar el día,

sintiendo la brisa

de su suspiro.

Tu rostro luce

los colores de la vida;

el ocre de la tierra

de tu piel tersa

y el verde primavera

de tus ojos,

que miran profundamente

pero no ven el orvallo

de mi mirada.

El aroma de tu piel

es azahar sobre mi rostro

desvaneciendo en el silencio

de la sonrisa de tu boca

y de tu mirada,

cuando te atreves

a mirar sin rubor

los pensamientos

de mi mente.

Pippo Bunorrotri.

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