En el cajón de la memoria
he dejado el arco iris
de aquel día de mi vida
en que mostraba
mi primera sonrisa
al descubrir el cielo,
el sol, la luna y las estrellas
y ahora cuento amaneceres
que iluminen los gritos
de mis historias.
Ese recuerdo cuya forma
es una sombra sin rostro,
que se sienta en el precipicio
de lo inmenso,
dándose cuenta
de lo indeterminado
y confuso destino,
haciendo que por un instante
regreses a aquel día
en que descubriste
el universo con una sonrisa,
haciéndote preguntas
sin respuestas.
Que regreses a aquel día
en que la memoria
nació en un ratito,
de la mente confundida,
en la que solo era
un pensamiento varado
en la inmensidad
del océano del destino
convirtiéndonos en piedras
en un mundo
de mares y lágrimas.
“Que regreses a aquel día
en que la memoria
nació en un ratito,
de la mente confundida,
en la que solo era
un pensamiento varado
en la inmensidad
del océano del destino
convirtiéndonos en piedras
en un mundo
de mares y lágrimas.”
El cajón de la memoria, no hay mejor almacén para conservar los momentos, que placenteros que al transcurrir del tiempo se hacen añoranzas que se convierten en versos, poesías y canciones.
Me gustó el poema.
Abrazo
Gracias, Un abrazo
