El baladrón que en la maldad incurre
a un árbol debería ser atado,
y si de sus faenas no se aburre
que al infierno se vaya condenado.
Que sentirse pudiera afortunado,
si cayendo en las manos de un colega
devolver no le hiciera lo robado,
doblando el interés en cada entrega.
Ojalá fuera inútil hoy la brega
que a devengar dinero se dedica,
si un montón de miseria igual nos lega
y nada creo yo, lo justifica.
Será que la riqueza no lo es todo
si no es que ayude a no salir del lodo.