Pienso y estoy sola en este tránsito.
Las calles se abren como cruces
pero…
están prohibidas.
Miro por la ventana
y las únicas que viajan
son las hormigas
y las sombras de los pájaros
como ángeles grises
sobre el asfalto.
Enfrente de mi casa
nació el otoño
y siguen mudas
las campanas de la iglesia.
¡Cuánto en qué pensar
en estos tiempos!
cuando se atraviesa
el borde del espanto
y ya no nos quedan esquinas
sin fantasmas.
No hay manera
de exiliar al miedo…que encierra,
pero tampoco hay forma
de impedir que yo irrumpa
como semilla en la tierra.
Yo no cuento temores, ni derrumbes,
ni desalientos, ni penas.
Sigo en permanente vuelo
en esta cuarentena.
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Hay un velo de caricia en el poema, figuras que vislumbran el sentir del poeta. La letra es la compañera que continúa aún en las circunstancias. Muchas gracias por tu poema.
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Muchas gracias! un poco de animo frente a tan terrible situación por la que atravesamos los seres humanos. Saludos y Salud!
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Es muy hermoso. Evoca un gran pesar.
Un abrazo, Fabiana.
