Ecos de la Superficie

No te aferres tanto a la vida,
al fin y al cabo no saldrás vivo de ella.

Encantado de la libertad
en el aire del bosque,
a dos o tres metros el vacío,
accedo al depósito de las almas muertas
enarenado, apagado, túmido, blando.
Pasos vertiginosos sobre el mármol,
las palas mecánicas para asustar y
no se detienen creando
condiciones para el nacimiento
de la hierba fresca.
Juraría que es mediodía,
todo en este lugar es
chispeante y ardiente,
intacto al amanecer.
¿Ecos de la superficie?
El temido hoyo donde
juega mi cuerpo,
el juego es el duelo
porque la muerte vino.

6 Me gusta