Echan a volar

Estoy sentado en la terraza de las penumbras,
Sintiendo el frío aire rozar mi piel con su conocida delicadeza
Mientras te tengo delante, sin poder mirarte, sin poder tocarte;
Sin saber si piensas, como yo, que no hay más bello paisaje.

Porque quizás no sea capaz de mirarte a los ojos sin que intenten echar a volar,
Porque tal vez, con solo oler tu perfume, me transporto a un lugar paradisíaco.
Pero lo que más me duele es que, aunque te tengo delante,
No soy capaz de decirte que quiero que te quedes hasta el final de la obra.

Se encienden los focos y se abre el telón.
Y apareces tú, intrépida protagonista, para salvar al asustado Romeo.

Te tengo al lado, sintiendo al baterista tocar con fuerza;
Quiero saber en qué piensas y qué es lo que sientes;
Tengo miedo de acercarme demasiado al barranco
Para darme cuenta de que, en realidad, no querías saltar conmigo.

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Exquisitas letras.
Un gran saludo.

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