No la mires más, joder,
intenta no levantar la cabeza.
Intenta sumirte en crear un nuevo poema
que no hable de sus ojos.
Aguanta!!.., ten coraje,
su cara redonda,
sus pechos pequeños.
Venga!, vamos!, no la mires más.
Pero estás enganchado a la sensación
que te produce cruzar las miradas,
como otra droga más,
esta también con efectos secundarios.
Y el síndrome de abstinencia
te obliga a levantar la cabeza,
como antaño te obligaba a robar.
A veces coinciden sus ojos y los tuyos
y la euforia es indescriptible.
A ver cuanto aguantas hasta la siguiente dosis.
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Un gusto leerte. Saludos poéticos.
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Que descripción más adictiva, así es cuando el amor te desborda la cordura!!!
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Nos transforma en adictos. Gracias por tu comentario.
Muchas gracias, el gusto es mío cuando te leo
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