Como un Raskolnilov sin remordimientos
sin una princesa patibularia, febril,
pero con el mismo traje cubierto de manchas.
Las botellas vacías llenas de escarcha
apiladas en los estantes,
donde hasta hace poco no cabían los libros.
La hoguera que hace las mentiras arder
al son de ritmos pendencieros, pretenciosos,
es incapaz de saciar esa voracidad desmedida
de acabar con todas las herejías.
Los jueces de la sinrazón se frotan las manos
ante la fila de epilépticos
que, tal vez, soñaron traspasar las consciencias
y caminar por las calles con la cabeza alta
leyendo a Dostoievski sin ser arrogante,
como un príncipe idiota en medio de la selva.
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Wow… Poemazo, Jose.
Confieso que no he leído nunca Crimen y castigo, pero estos versos me arrastran por una magnífica historia de tormento e injusticia.
Me ha encantado
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Muchas gracias walla, te recomiendo esa lectura, el Idiota también. Muchas gracias, es un placer leer tus comentarios.
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Que bueno y que gran literato ruso nos has traído en tan intensos y descriptivos versos de su obra cumbre, ese sentimiento que traspasa al lector, poeta!!!
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Me alegro que te guste este humilde homenaje a uno de los grandes. Muchas gracias.
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