Mido a gramos la sonrisa,
a toneladas los besos.
Los adverbios desangrados,
los domingos sin las prisas,
de las misas me fugué, no tienen raíz cuadrada…
En segundos, mis promesas,
pongo metros a las horas.
En hectáreas marco el viento,
guardo
todo el universo en mis manos prolongadas.
El deseo es un newton que conservo con la edad, y esta la cuadro a peonadas, en centímetros absurdos.
Llamémosle vanidad.
La realidad son dos leguas,
el presente una ecuación,
el pasado lleva imanes con soluciones prohibidas.
Un futuro elevado a potencias imposibles.
Átomos para ser libres,
y kilos
de sentimientos, prendidos, con imperdibles.
Eso que llamamos tiempo, ahorrando felicidad.
Uno y uno son dos nadas,
Si vuelves la vista atrás.
Pedro…de momento.