Dos delicadezas

Como la rosadura en el tul
de algo blanqueado
rotundo
se oesta el plenilunio
un orbe de natas trasnochadas
de circuladura perfecta.
Mientras por contra
un recién nacido espinario
levantándose se enorta
rubicundo y rojo
¡Caliente!
como la destibiante sangre
al atardecer.

Yo —que en el instante hago medio—
me descubro ahora atrapado
extremado
entre el asombro de dos delicadezas.-

Chane García.
@ ChaneGarcia.

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