Don Octavio

Hay maestros que marcan, y no se olvidan nunca y Don Octavio, era uno de ellos.La pasión que le ponía a la tarea de educar y como le brillaban los ojos cuando nos contaba la historia de España, era algo que nos involucraba a todos en sus clases. Daba igual si el tema a tratar era el descubrimiento de América, el dos de Mayo o el loco siglo XIX. Era un orgullo tener un maestro con esa manera de hablar de las glorias y las desventuras de su país. Y llegó el día de la guerra civil española. Don Octavio, en un momento dado, con los ojos enrojecidos permaneció unos segundos en silencio. Tras esa pausa, una compañera, inocentemente le preguntó.

¿Maestro, por qué llora?

Don Octavio, levantó la vista y nos dijo a todos:

Hay lecciones que son muy difíciles de volver a revivir. Y para eso estoy yo aquí, para enseñaros a vosotros qué no volváis a cometer el mismo error.

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Buen maestro Don Octavio.

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Me gusta que hayas escrito este bonito homenaje a este maestro. Eso dice mucho de ti.
Muy entrañable tu relato, Paco, Me gusto ese giro final y conmovedor. Hay enseñanzas que no se olvidan nunca.
Un abrazo fuerte!

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¡Excelente relato!
Gracias por compartir.

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Gracias , María, estos relativos son muy humildes. Gracias por leérmelos!!!

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Gracias, amigo!!!

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Gracias, amigo

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Precioso este relato, Paco. Y reivindicativo.
Para que nunca se olvide. Y sobre todo para que nunca se repita.

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