En estas aceras inhóspitas
la noche se aferra al frìo
a los huesos de la ciudad
al hambre de sus hijos.
Hombre de hombros vencidos
como sauce a la orilla del río
ojos secos de cauces sombríos
manos huérfanas para sus niños.
Desesperada esperanza
abismo del pecho dormido
otro día nocturno crece
de todo lo que hemos perdido.
10 Me gusta
Magnífico!
1 me gusta
Qué buen poema, Juan Carlos.
Esos versos iniciales son magníficos…
1 me gusta
Gracias compa, me alegra que te gusten. Abrazo
1 me gusta
Me emocionaste, gracias!
1 me gusta
Gracias Tali por emocionarte con una poesía. Eso denota tu sensibilidad.
1 me gusta