Leo tantas veces cómo me deja la vida…
Apenas temblamos a los segundos, aprendemos a amar,
crecemos copiando besos,
conjugando centímetros nuevos y el arte de respirar.
Escribo tantas veces cómo me deja la vida…
Adelante, en esquinas vigiladas, nos espera el temporal
de la palabra prohibida; un metro ya, la utilidad va suprimiendo los llantos.
Viajo tantas veces como me deja la vida…
Contaste, en fluido trágico, practicando el futuro
de legiones ingenuas…
detenido en longitud, renovando la secuencia.
Bebo tantas veces como me deja la vida…
Domados por la verdad de la muerte irrefutable,
sin saber su utilidad vamos a ninguna parte, no hay alas para este vuelo.
Vivo tantas veces cómo me deja la vida…
Efímeros, disfrutaremos del trueno cuando grita
y aún podemos escucharlo; lluvia lenta mientras el pulso nos mece.
Amo tantas veces como me deja la vida…
El ayer vuela en una pavesa, loca por su ingravidez
para terminar el fuego y comenzar este juego por invencible, cruel.
Cuando permite la vida…
Camino por paraísos sembrados de polvo ajeno.
El miedo estaba inventado como un caramelo bueno que alguien olvidó
para envenenar las huellas,
dictados de coto al alma que perdí en una partida cuando me dejó la vida…
Dijisteis que os lo contara…
Pedro…de momento. Septiembre de 2023