Voy quebrando ramales
de una selva infinita,
deshilachando ensueños
de bordes delgados y confusos.
Una marea de hilos sueltos
tejidos en la noche sin fronteras.
Rasgo las vestimentas
que me ataviaron
en el descanso,
frondosas y pesadas
como párpados de cera.
Cada vez es más difícil despertar,
volver.
La sangre regresa a mí
y el día
es una inútil claridad.
Voy abriendo mareas con las manos,
removiendo escombros blancos
y mordiscando musgos amargos,
boquiabierta
aturdida.
Percibo el golpe de las sienes,
mi pulso pequeñito.
Otro día comienza.
Despierto.
Resucito.
Ufff…tremendo poema, me gusta mucho esa metáfora que envuelve a todos los versos, ese escenario de ramas y naturaleza despertando cual ser humano. Tremenda poesía. Felicidades poetisa.
Muchas gracias Ale! Ese escenario de selva voluptuosa y salvaje, difícil de atravesar, para pasar del sueño al otro sueño es lo que quise transmitir. Muy agradecida como siempre contigo. Abrazo poeta!
