Desde la tristeza
mi dolor descansa,
la esperanza enseña y aprende
a vivir con amor.
Estamos enfermos
apretando el muro con nuestros lamentos,
levantando el hombro
a medida que cada noche
eleva un suspiro.
El silencio cobija,
cómplice de la noche
diluye el frío de un volcán
que solo observa.
Desde el holocausto
retengo la respiración,
por un momento suspiro
reteniendo el lenguaje de la luna.
Mi regalo eres tú
la mirada y la sonrisa
cómplices felices de unos sueños.
Qué importa que la vida tenga prisa,
yo me detengo en ese segundo
y me olvido de todo.
Desde la tristeza
mi dolor descansa,
he aprendido a vivir con amor.
Mute.
Photographize.