Me instalé
en la zona habitable de tu cuerpo
donde encontré
las respuestas a mis sueños
y el color espliego.
Enfermo de amor
descansé
en el lado oscuro de la luna
y resolví volver
a pasarte por mi corazón
como verano recurrente
para estrella congelada,
o sol de azotea
para la ropa mojada,
y decidí
llegar tarde a ver amanecer,
recoger las flores de los descampados,
cuidar a las brujas enfermas,
buscarle el alma al viento,
arremeter contra la inercia del temo
y navegar hacía el te amo.