Mi cuerpo goza recibiendo tu intensidad.
Ella simplemente, ¡es!
Se expresa en el cuerpo lo quiera o no… ¿Será acaso porque te entrego mi existencia, porque te pienso? ¿Será acaso porque me entregas tu existencia, porque me piensas?
¿De qué naturaleza es el hilo, el lazo conductor de nuestra comunicación, de nuestro corporal entendernos?
Puedo sentir la potencia, la intensidad de tu cuerpo, de tu existencia… desplegándose de un modo sustancial, animado, material y corpóreo sobre mí.
Y mi alma ya desnuda no ha dejado de sentir la prisa de tu cuerpo en el mío a la que el tiempo nos arroja cada vez…
Y lucha
Y se desangra
Y se consume
Y come
Y caza
Y preda
Nombrando
Gimiendo
Respondiendo insaciable
como un adicto…
al querer.