El alma viajera me ha traído hasta ti
y he descubierto dónde nacen las sombras.
La Delhi autentica,
la del ruido infernal,
se te mete dentro por ranuras
que no sabias que existían.
Por esas rendijas penetra el polvo
que te atrapa
y te roba el habla.
La certeza de que algo está por suceder
solo puedes vencerla si te ausentas.
Si confías y te ausentas.
Por esas grietas
te observan desde sus enormes ojos
niños que no entienden tus palabras.
Porque no hay palabras.
Están las miradas perdidas
de los que duermen
sobre la tierra que otros pisan.
Están las miradas de las ancianas
que se prenden en la tuya
y te piden ayuda.
Y la de sus hijas
y sus nietas
Buscan dentro de tí
ese punto de coincidencia elemental
que une al género femenino.
Esté donde esté.
Solidaridad femenina
de madre.
Y es en ese momento
cuando te rompes
de impotencia,
de parálisis
… y te ausentas.