El tiempo transcurre detenido,
detenido el tiempo en cada empeño
de seguir tu sueño, sin dueño.
Y me instalo en tu resaca,
donde Aute nos canta y nos rescata,
de donde voy y vengo,
al vaivén agitado del tiempo
que nos gobierna,
irreductibles
como fortines jamás conquistados,
indelebles
como un trazo de Picasso en tus talones,
urgentes
como la carta con el mapa del amor desdibujado
imprecisos
como el beso errado que te besa en el espejo
El tiempo transcurre detenido,
paradójicamente detenido,
en el minuto noventa y nueve
de tu nombre.