Es que ya ni nuestras miradas se cruzan,
esquivas huyen para no encontrarse,
nuestras almas ya no concuerdan ni coinciden,
en pena se destiemplan y
se refugian en vergonzosos pasos.
Los recuerdos y el presente incomodan.
Nuestras presencias que se desgastan,
llenas de culpas que se refugian en el pasado,
ya están muertas pero reviven y reviven,
resoplantes de vida, pues nuestros recuerdos,
las avivan y alimentan en cada instante.
Debates absurdos
10 agosto 2022