Cómo duele la noche ausente de estrellas…
-Ver la mar dulce y serena-
Cómo duelen las horas,
el palpitar de una estrella
y un desierto despoblado.
Duele el silencio…
Una casa sin recuerdos.
Cuadros oxidados.
Me duele el corazón…
¡Oh, cómo duele amar!
Una lágrima viajera,
un beso estelar.
Y cómo duele una canción de amor,
esa que te rompe a gritos el alma.
Cómo me duele esperar tanto,
si tú nunca volverás.
Y cómo duele haberme equivocado.
Una noche sin luna,
luna carmesí…
Y se marchó…
quien no vuelve más.
Y me voy en el recuerdo,
me voy en el adiós.
Me voy…
En la sonrisa de un águila,
en la mirada de un felino.
Como rosa que se seca en el desierto.
Me voy…
Y me duele porque mañana será un día de olvido y tengo los ojos cansados y el alma herida.
-Estoy hecha pedazos.
He roto cada foto, cada pedacito de tu cuerpo lo he hecho cenizas.
Te he olvidado…
Pero no estoy en otros brazos.
Estoy en compañía mía,
dejando pasar el tiempo,
sanando mis heridas.
Ya he llorado todo;
he matado cada oración de un olvido anunciado.
Y me voy…
-En un adiós lento-
Llena de risas,
llena de lamentos.
Y me voy entre la niebla y el olvido…