Entre estas brillantes brumas
que me recuerdan el épico sabor
de bailes reflejados de sombras
y silencios vestidos de orador,
por heridas que tanto escuecen
nadie jamás nos verá llorar,
aunque tus alondras se mueren.
Aunque la luna caiga en el mar.
Como esas cargas de mecha corta
las horas útiles todas son idas,
esperanzas en mano se evaporan,
huyen mis tiempos en estampida.
Si el escape me da otra torta
mi otra cara pongo en esta vida.
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