Hojeo un viejo horóscopo
buscando allí un pretexto
para sonreír.
De pronto
me convertí en el fantasma
que cubre sus días
con una esperanza remendada
y camina libre
en medio de recuerdos vagos.
De pronto soy esa astilla
que llaga el pecho de otro ser,
rasgando
el sentir sincero
el canto del ave,
y la armonía del agua.
De pronto la sombra soy yo…
Viviendo sin claridad,
un desastre en medio
del mundo.
Una especie de accidente
rasguñando vidas,
una fiera enferma de nostalgias,
buscando una soledad
donde desfogar su ira…
De pronto la sombra soy yo,
cuando el destino decide
poner en estas manos,
la capacidad de herir
en un parpadeo,
sin tener intención.
De pronto la sombra soy yo,
un murmullo perdido en la madrugada,
recitando una oración
que No es escuchada,
clamando alivio al dolor causado
y rogando luz
que cure esta alma rota.
De pronto la sombra soy yo…
Que aprendo a escribir
para No dañar,
usando tinta de mil silencios,
que duelen,
que pesan,
que queman,
que espinan…