Que pocas palabras
me quedan en la boca,
como voluntad sana
del último humano loco.
Buscando la mirada
que haga nacer al niño
que perdió toda inocencia
en su primer baño de sangre.
Ya no reparto alegrías
ni cuando digo te quiero
afilo mis codos en punta
es más importante no ser presa.
Toca apretar los dientes
desde el cordón umbilical sabía
que no todo lo blanco es negro
ni lo negro es el principio del pozo.
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Qué lindo. Saludos.
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Siempre en la vida habremos de encontrarnos caminos de esperanza. Después de las sombras de la noche, llegará la luminosidad del día.
Las cosas limpias aparecerán.
Bello poema, ReveCossue!
Saludos cordiales
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