Teme despertar sin euforia,
pero más teme acabarse en ella;
y hoy empieza a deshacer la manía
con una balanza que desconoce,
esa que trae la calma sin venda en la mirada,
detrás de los ojos, tal como es,
esa que se intuye
y ahora le han puesto nombre;
puedes volver a ti,
al lugar donde los sueños no duelen
y al fin tú puedas ser tú, nadie más.