De aquellos polvos

Fue dejando mi músculo de lado y a mis espaldas la atracción por los cuerpos y sus orificios mientras me dejaba seguir divagando en las fraguas de la vanidad. Se fue enamorando sin hacérmelo saber del auténtico amor, mientras me dejaba verme cómo su fiel semental. Y fuera en una de esas noches de eyaculación que aprovechara el momento post decadencia para confesármelo todo. Su conclusión me acechó de tal manera que allí tendido sentí la demolición de cada célula y el desengaño de cada palmo de mí…*Siento comunicarte que desde el principio supe que estaba enamorado del amor que nunca existió…Rompí en mil silencios con el único arropo de una sábana y con la única cuerda a la que aferrarme de un músculo totalmente flácido. Sobreviví a aquella madrugada, y, desde entonces, mi músculo, eyacula el anhelo de aquellos cuerpos y sus fosas.

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