Cuore con envoltura de dragón y encanto de hadas confusas,
indulto de la noche azul donde Diana ya no es su rehén;
cuore que vivistes bajo el fuego en balance con sus llamas,
eres sustancia básica desde el núcleo de mi alma.
Cuore de álveo sentir descansa frágil arropado en mi regazo,
donde aún vive un niño con gesto de marfil; el joven intrépido y el viejo cascarrabias, conoce también a su madre un dueto desafiante.
Cuore con voluntad de rio que te adornas de cascada en las jornadas más tórridas, invítame a ser verde menta y refrescarte la alborada;
a ser el límite en la hipérbole de algunas parábolas, ser la mirada aguda que pasea por tus Andes.
Cuore soberano buscando ser cautivo piérdete dentro,
se la sangre tipo cero también se me ocurre que seas sospecha;
siendo yo el señuelo que arremetas y esta noche desvistas hasta el reflejo,
peina a Diana de plateado que ya siente celos, celos de ti, de todo esto.