Van cayendo entre sus manos,
van callando a sus bocas,
van respirando con vida propia,
van anhelando un contacto con su prosa.
Con la risita nerviosa
que le sale al contar ideas locas.
Ella siempre va en un dragón,
siempre va jugando con una ilusión,
su sombra es el sol,
la luna un poco más de su candor.
Mar que siempre refleja la luz,
la oscuridad se pierde en tus profundidades
porque no hay espacio para la tristeza
siempre y cuando tu mano esté para levantarse.
Así que siempre sonríe,
siempre sonríe
que la vida no se sabe
con que demonio sale.