Aquel que tenga oídos para ver, que escuche bien con los ojos y preste atención.
Sumergido en una nebulosa tan espesa, que no veo manera de avanzar, ¡CORRO! ¡CORRO! y sigo corriendo, sin poder avanzar. Como un hámster en su rueda, ¡CORRO! ¡CORRO! y sigo corriendo. Siempre en el mismo lugar, intentando escapar, ¡CORRO! ¡CORRO! y sigo corriendo, sin poder avanzar. Es por esta razón, que a veces, tengo sueños en los que me gustaría permanecer para siempre.