Cordura y dignidad van de la mano
conciliando el mejor de los criterios,
sin escudarse nunca en los misterios
que dispuesto a creer esté el profano.
Será que quien presuma aquí de ufano
bien no han de funcionar sus hemisferios,
quizás porque acudiendo a cementerios
de pensar se le quede el pelo cano.
Que al hablar de la última mudanza
se me pone el cabello de una pieza
aunque en calma resulte la partida,
tanto que toda mi existencia en danza
he pasado por huir de la pobreza
sin remedio buscándome la vida.