Coplas bastardas

Mi corazón es un río,
un torrente que se marcha
al más puro desvarío.

Hermanos en la desdicha,
educados en el llanto,
huérfanos de la justicia.

Perdidos en el abismo,
lejos de todas las voces
que señalan el camino.

Buscamos un nuevo frente,
una lucha popular,
una pasión que está ausente.

Sátrapas y aventureros,
poco a poco, nos confunden.
Vamos al despeñadero.

Quizá debamos mirar,
perdón por esta simpleza,
lo que dejamos atrás.

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Muy interesante. Es una catarsis.
Saludos poéticos

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Exactamente es una purificación, una cura contra ciertos olvidos. Muchas gracias por tan atinado comentario. Un saludo.

Que forma tan bella de apelar al ejercicio de la memoria colectiva! Bravo!

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Ahí es donde yo quería incidir: a la recuperación de esa memoria, de esa capacidad. Muchas gracias por tu comentario. Un saludo.