Entonces hable así
cuando tuve de frente
a ese ser:
"Disculpa
por no regalarte atardeceres,
por no libar tu presencia,
por cubrirte con sombras
y poner culpas en tu copa.
Disculpa
por la estupidez
de darte la espalda,
por creer que alguien te salvaría,
por hacerte dependiente
de un sueño
y darte a comer ilusiones.
Disculpa
por cada momento
en que te encadené
a una fantasía que agonizaba,
por atarte un grillete
de esperanzas falsas.
Por poner a volar tu corazón
en cielos con tanta tormenta
y dejar que su caos
rompiera tus alas.
Perdona
por alimentarte con cristales
esos silencios ajenos,
esperar a que los tragaras
y hacerte aguardar cada sol
por respuestas
que nunca llegaron…
Por hacerte anidar
entre oraciones vanas,
que reconfortaban
pero no curaban.
Perdona,
porque he puesto en tu equipaje
tanta piedra,
tanta espina,
que sangran tu espalda.
Perdona
por tantos años…
Hoy rompo estas cadenas
busca refugio
donde puedas…"
Terminé de hablar
y eché una última mirada al espejo,
mientras su reflejo
lanzaba un suspiro
y daba la media vuelta…
Es precioso y muy real. Qué pena que a todos nos haya pasado alguna vez, pero tú has podido romper las cadenas, aprovéchalo y sigue escribiendo.
Saludos🌷
Así es Indiakahlo, tan real, cargamos nuestro propio equipaje, con lo que creemos que soportamos, y se convierte en un peso que ala larga lastima demasiado… Aprender a disculparse con uno mismo, es también crecer…
Jorge, desgraciadamente siendo varón caemos en ese letargo de “engancharnos” y no saber diferenciar entre una muestra de afecto y una muestra de interés por parte de alguien…
Ilusionarse a veces es un atajo obscuro hacia un abismo… Bienvenido a la mesa…
Dios que bonito, pero me aterra esa culpabilidad. Todos hacemos esas cosas porque hemos de vivir, y sin sueños ni esperanzas seríamos zombis, dile al hombre de tu espejo que has vivido lo mejor que has sabido y con valentía.
Precioso😍
Es cierto lo que comentas de los sueños,
el escrito va más enfocado a esos sueños que se nos vuelven una obsesión tóxica, y atercamos en sacar oro donde no lo hay…
Muchas Gracias Checha, abrazo…