Colágeno

Sabes cariño
que el fuego no tiene sombra,
que de el silencio se expulsan auroras
cómo hologramas sin nombre
que pensarte me ahoga -
bajo la inmensidad y los hijos del aire,
pero también desprende tu rostro
las pieles redondas de cada existencia,
más algunos plurales invitados
sacudiendo mi alcoba.

Te presiento -
y voy al mando de un carruaje
al que apetecen tus siantíamenes subrayados,
se perforan deslaves -
con la obsesión eviterna de perseguirte,
Parece normal -
cosa de nada volvernos islas flotantes,
criaturas a las que nadie pronuncia,
un desierto muriendo de sed.

Ojalá fuéramos aspirantes a soñadores,
árboles de mil años,
buenas personas,
intensos amantes,
a veces simplemente -
soy la ruina de un pararrayos
la sonrisa confiada en un soñador,
un río salvaje cantando,
un ermitaño de cepa contemplando lo verde.

Disculpa mi desastre,
soy un latido cimbrando un cementerio,
sueño a losetas y orquídeas blancas,
esa canción con la que siempre bailabas,
todo ruido que diga algo hermoso,
cada espacio al que llamabas tu casa.

Porque soy ceniza del último día
y me estoy quemando,
el hollín de la noche serena,
la matemática de una línea delgada,
cada carcaza del mundo
donde había una sonrisa,
nuestro deseo en una estrella a lo lejos,
una estatua obediente de abstracta naturaleza,
la paz en un territorio donde fugarnos
desnudos de cosas
Abrazados sin plazos.

3 Me gusta

Qué hermoso!! Precioso final!:clap::rose: