Yo deslizo mis deseos por tu cuerpo
y contemplo tu belleza mientras miro,
tu silueta dibujandose en mi mente
y tu cuerpo retozando junto al mio.
Entretejo tus cabellos con mis dedos;
con mis besos te planteo el infinito…
Y tu aliento de pasión al cual me aferro,
hoy lo robo para mi sin ser delito.
Esta cita, casi cuerda y casi loca
con matises carmesí y rojo vino,
el silencio nos dirá lo que provoca:
tu sonrisa, mi cansancio, lo divino.
Hoy yo sello mi fururo con tu boca;
hoy se funden tu pasión con mi destino.
A: Edisleydis, mi esposa.