Cierra bien la puerta,
con siete llaves
y luego arrójalas
allí donde se dejan las cosas
que se deben olvidar.
Cierra bien la puerta,
que no se te cuelen
las sombras,
que no quepa
nada viejo
por las rendijas.
Cierra bien la puerta,
que no se te escape el calor
de los besos nuevos,
que no te tirite de frío
la esperanza.
Cierra bien la puerta,
no dejes que venga el miedo,
y te rompa los abrazos.