Suenan las horas en el susurro,
las hojas se resbalan en las ideas
y el día transcurre en la lentitud.
La cama esta vacía y sin abrigo
se han perdido las condolencias,
el final del corredor ahora está vacío.
Una tarde húmeda desapareció en el viento
y las tardes añoradas
terminaron por rasgar el pensamiento
dejándome inconclusa en la lluvia.
En la distancia
dejó caer una noche de marzo,
la ceniza que cálida sonrisa,
dejo dibujada en el aroma
de mis pensamientos.
Y aunque en sus recuerdos
no entendía mi presente,
los hilos dorados que acariciaban
el reflejo de mi niñez,
me hacen postergar
sus cenizas en mi intelecto.
Recogeré todas tus memorias
y las ilustraré de flores,
con ideas, fruto de tu amor.
Y un día de estos, en tu hallazgo
reposaré mis cenizas,
para decirle al corazón,
lo extraño que se siente…
…no poder estar una día más contigo.
Y en el espacio,
llevaré mi cuerpo
para que puedas sentirlo
y decirte un “te extraño”
sin postergar más el abrazo
que en tu adiós no pude dar.