Todo en mí es llanto,
existo bajo hilos que controlan
cualquier pasaje de mi vida.
Esta carne errante,
esta jaula de huesos;
soy un vago prisionero
de mi propio destello.
¿Y su la muerte
es la bondad del alma?
¿Y si este cuerpo no es más
que un escarmiento, horrible
y lento, que se quema con el sol?
Vivo en un cuerpo
que grita su existencia;
vivo en un alma
que se apaga paulatinamente
en su propio crepúsculo.