Cauteloso me siento a veces ante
los terribles demonios interiores,
que maltratándome de mil amores
también los alimento yo, no obstante.
Tanto que por tirar hacia delante
malaventuras las habrá mejores,
y también a propósito, peores
porque explote el cerebro y no se aguante.
No será que sintiéndome inseguro
a cualquier clavo yo me agarro ardiendo
sin querer valorar las consecuencias,
porque igual sin presente ni futuro
a quien pueda la moto yo le vendo
dándole las mejores referencias.