Carreteras cerradas

somos el cuadro de posguerra
que quiero clavar en mi pecho,
estoy llena de cicatrices tanto
como las paredes y sus grietas,
parezco anciana y consumida,
mis vísceras llevan días fuera
y comienzan a secarse con el sol,
pronto seré la flor más triste de esta primavera.

las carreteras están cerradas
y no hay un punto de encuentro:
los puentes se han quemado,
las colinas del vecindario,
las autopistas que he destruido con palabras;
no hay un lugar que me acoja
y mi hogar está en un cruce de caminos
donde no me esperas.

por amor soy el sacrificio de las estrellas,
he sido musa, protectora y remedio
de todas las malas decisiones,
un escudo cosido a mi brazo,
he perdido el oro y las victorias
se han quedado en una compasión
ridícula por las tragedias
que no he compensado.

soy la niña no deseada
con malas compañías,
el rechazo es una vieja amiga
que trabaja gratis si le hablas de mí;
del primer poeta que escupió mi hoja,
de mi espejo y mis amigos,
de mis casas en el horóscopo,
estoy construida sobre el fracaso,
pero tú eres mi mayor rechazo.

si me quedo aquí y te dejo ir
quizá suba a un tren y te busque en las vías,
y si no te veo
entre la gravilla, el cielo y las olas,
me prestas el tiempo
y te escondes,
prometo no llorar y no encontrarte,
quizá así te olvides y no vuelvas.

*Inspirado por: “S.O.S”, de Devon Werkheiser.

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