Cárcel sin barrotes

Mi alma caminaba…

por el desierto de la vida,

mi corazón…

abrasado por las llamas,

ardía.

¡Maldad cruel!

Cuánto daño me hacías.

Me convertí en…

poeta y en niña.

Fue mi refugio.

También mi salida.

Enfrascada mi mente

en lírica fantasía

la abordaron

enigmáticos luceros,

con gran cortesía.

Rompieron las cadenas

que mi morada

protegían.

Y al corazón le mostraron

su dolorosa herida.

Alcanzar quieren,

lo que tanto desean,

¡ser libres!

aunque no llevan cadenas.

Invisibles barrotes

los oprimen y encarcelan.

Inalcanzable es hoy su deseo.

Mañana tal vez conseguirlo

puedan…

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Que lindo poema

Muy bonito. Un gusto leerte. Saludos cordiales.