Camino sin nombre

Que la espina fue siempre espina
y no contenta con herir, se hizo garra de felino.
Alzó la vista al monte y me tomó por piedra del suelo
clavándome la zarpa hasta el alma.
Que la zarza fue siempre zarza
y encandiladas mis manos con sus rosas
me hirieron los brazos hasta más allá
de donde la piel sangra.
Mi sangre, agua para sus púas secas
tintura para sus frutos que no gocé
ni por la senda pude andar sin pena
ni se me abrió vereda sin rastrojo.
Que no tuve fuente con agua
que la castigó sin salir del caño
por no compartirla conmigo.
Y fui sed, lamento sin palabras
sangre porque la tuve
aunque fui dejándola mientras cantaba
por no llorar la canción de mi propio olvido.
“Que soy lo que no soy,camino pobre sin caminantes
sin señales ni pueblos que me adornen”.
Abandono soy, ni nombre tengo.
Ruta de olvido sin que me anden.
Y la rama, que no dio rosas
fue siempre espina y siguió siéndolo.

5 Me gusta

La belleza de la desesperanza…:hugs::heart_eyes:

1 me gusta

¿Existe alguna cosa que el poeta no considere bello? Muchas gracias mariaprieto.

1 me gusta

Un precioso y magnífico poema, Mabel.
Y ese final le pone la guinda al pastel.

:clap::clap::clap:

1 me gusta

Muchísimas gracias por tu tiempo y tu generoso comentario.

1 me gusta